ACTIVIDAD FÍSICA PARA LA SALUD
Para ellos, el juego lo representa todo en el desarrollo de su personalidad. A través de la creatividad y el movimiento, el niño o niña descubre su mundo interior y su realidad exterior.
Evidentemente, la actividad física debe ser un elemento para trabajar los hábitos higiénicos de los más pequeños, la educación postural de estos, así como el trabajo sobre la autoimagen.
Para ello, todo juego debe tener las siguientes características:
- Tiene que ser espontáneo y voluntario, e implicar la participación activa.
- Debe ser libremente escogido.
- Debe ubicarse en unos límites espaciales y temporales.
- Debe contar con unas reglas obligatorias y aceptadas libremente.
- El juego tiene una finalidad en sí mismo.
- Siempre tiene puntos comunes con los “comportamientos serios”.
- Es generador de placer y de forma de expresión.
- Siempre propicia aprendizajes: desarrollo cognitivo y motriz, adquisición de habilidades
comunicativas y sociales, exploración y crecimiento personal.
- Constituye un “mundo aparte”: la magia del juego absorbe al niño y le transporta a otra
atmósfera distinta de la realidad cotidiana.
Dentro de la actividad física y el deporte, el juego también constituye un marco ideal para el
trabajo emocional en los más jóvenes. El hecho de ganar o perder, de cooperar o competir, de conseguir o no conseguir las metas propuestas, la interacción de los niños durante el juego, etc., constituyen situaciones ideales para aprender a conocer y gestionar correctamente las emociones.
trabajo emocional en los más jóvenes. El hecho de ganar o perder, de cooperar o competir, de conseguir o no conseguir las metas propuestas, la interacción de los niños durante el juego, etc., constituyen situaciones ideales para aprender a conocer y gestionar correctamente las emociones.
A través de la expresión corporal podemos desarrollar aspectos que desde otros contenidos no es fácil desarrollar, como el conocimiento del cuerpo, el de los demás, la aceptación de uno mismo y de los demás, la comunicación, etc. En definitiva, la expresión corporal contribuye al desarrollo integral de la persona.
- Para los niños de 3 a 5 años, los recursos más recomendados son los títeres, el juego
simbólico, la imitación, el circo, la mímica o la danza a partir de canciones infantiles.
- Los recursos como los malabares, el baile o el teatro pueden ser demasiado complejos para Infantil si no se adaptan correctamente, y se recomiendan para Primaria.
– Se tiene que partir de las experiencias de los niños.
– Introducción al contenido de manera paulatina.
– Respetar la creatividad de cada uno.
– Introducir elementos de improvisación, pero también de reflexión.
– La motivación del maestro/a es muy importante, de esta manera puede aportar seriedad, importancia y magia a los contenidos.
– Se realiza siempre a partir de juegos.
– Aprovechar cuentos, personajes y aventuras que los niños y niñas ya conozcan.
– La música siempre debe ser una de las protagonistas de estas sesiones.
– La representación de las diferentes emociones también es uno de los pilares de la
expresión corporal. El juego simbólico es el principal instrumento para trabajar este
apartado.
– Disponer de disfraces, pañuelos, etc. puede ayudar a ambientar los juegos y que
el alumnado pueda aprovechar al máximo las actividades.
En edades tempranas la actividad física tiene otras finalidades más allá del objetivo
saludable, ya que se pueden trabajar otros muchos aspectos relacionados con la formación del niño o niña.
La actividad física puede ayudarnos a ser más fuertes (tanto física como mentalmente), pero también más rápidos, más coordinados, más ágiles, con más habilidades, etc.
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